NOTAS / JUNIO 2012
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Ángela Pradelli
Ángela Pradelli
Taller de escritura

Entrevista a Ángela Pradelli: “Cómo decidimos contar nuestra propia vida”

La escritora y periodista dictó dos talleres de escritura en el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti. Aquí relata algunas de sus impresiones.

¿Cómo nace la idea de hacer este taller literario en el Centro Cultural Haroldo Conti, emplazado en la Ex ESMA?

El 19 de noviembre de 2011 vine a hacer el recorrido por este espacio. Una de las integrantes del taller para escritores que coordino trabaja aquí y nos propuso venir, entonces vinimos casi todos los que pertenecemos al grupo. Mientras lo recorría, pensaba con qué respeto está tratado todo, con qué respeto por el pudor, por el dolor, por las atrocidades que acá se hicieron. Hay un respeto tan grande por la historia, por lo que pasó, por los que estuvieron acá. Y entre todas esas imágenes pensé que sería interesante organizar un taller de escritura. Así, con la ayuda de Natalia Benavidez, que fue la gestora y la que conectó todas las posibilidades entre el Plan Nacional de Lectura que depende del Ministerio de Educación y este espacio, se abrieron los grupos de taller.

¿En relación a lo que contás, cuáles fueron las primeras sensaciones que tuviste con los grupos que fueron llegando?

Fueron parecidas a las primeras sensaciones que tengo siempre en los grupos: la inmensa necesidad que tiene la gente de contar historias. También los conflictos que esa necesidad genera, porque uno no sabe si eso que alguien quiere contar lo puede contar, lo tendría que contar, no lo tendría que contar. Esto es justamente lo que trabaja el taller y lo que propicia el taller. A pesar de que se repite siempre, me impresiona cómo la gente necesita contar sus historias, sus experiencias, sus vivencias y trabajar eso en un relato: porque una cosa es la experiencia y otra es el relato de esa experiencia. En ese pasaje seguramente hay algo que se pierde y algo que se recupera. Entre esa pérdida y esa recuperación, en general se construyen relatos muy buenos.

¿Cuáles fueron los relatos qué circularon en los distintos grupos en el taller?

En general las temáticas que trabajamos tuvieron que ver con la infancia, las experiencias de dolor, las experiencias de pérdida, de dolor por una separación o ruptura de vínculos. En general transitamos por esos lugares.

¿Influyó este espacio en algunos casos?

Yo no tendría pruebas para darte, pero mi sensación es que sí

¿Cuál es el balance que hacés sobre esta primera experiencia en este lugar respecto de los objetivos del taller?

Mi experiencia es buenísima. Siempre es interesante trabajar con gente que quiere construir una historia. La construcción de historias, que es casi una fascinación en lo personal, en cada uno de nosotros, a la vez persigue fascinar al otro: si el otro no escucha la historia, aunque a uno le parezca una gran historia, esa historia queda ahí. Así que para mí el balance fue buenísimo. Vi a la gente muy involucrada, muy interesada. Hubo un trabajo de lectura previo al taller que permitió – a partir de la comprensión fina de algunas cosas que los textos proponían- indagar en la propia escritura. El balance es muy bueno. Justamente, el objetivo que teníamos era ese: poder construir una historia y que cada uno pudiera trabajar la ficción,  pero a partir de elementos familiares. Que cada uno pudiera resolver el conflicto que, a veces, se plantea sobre cómo puedo contar una historia con esta experiencia que es tan personal y que es tan mía. Hasta dónde llega la experiencia y a partir de dónde la ficción. ¿Hay una línea? ¿No la hay? ¿Es un trabajo que borra esa línea? Ese era el objetivo del taller y la verdad que el trabajo fue buenísimo.

¿Quería preguntarte si querés agregar algo?

La verdad es que tengo que agradecer a toda la gente que generó esta posibilidad de coordinar el taller, a toda la gente que vino y a toda la gente del Conti, por supuesto. Me encantaría que los talleres de escritura continuaran y que cada vez fuera más la gente que se animara a contar su historia. Me parece que cuando uno finalmente puede construir un relato de una parte de su vida, algo se modifica en lo personal. Gabriel García Márquez decía “la historia no es lo que uno ha vivido sino lo que recuerda de ella y el modo en que decide contarla”. Estos talleres tienen que ver con esa última parte, cómo decidimos contar nuestra propia vida.