Nacido en La Plata en 1957, Carlos Jáuregui fue fundador y el primer presidente de la Comunidad Homosexual Argentina. Desde allí, primero, y luego a través de su organización Gays por los Derechos Civiles, logró articular un movimiento muy diverso políticamente y sentó las bases de la lucha por la no discriminación hacia la comunidad LGBT.

Un 20 de agosto de 1996, con 38 años de edad y rodeado por sus amigos de militancia en el sillón de su departamento, Jáuregui perdió su lucha personal contra el SIDA, enfermedad que también se había llevado a su hermano Roberto y a su pareja, Pablo Azcona. Apenas unos días después de su muerte se concretaría una de sus luchas: la incorporación de la orientación sexual como factor de discriminación en la reforma de la constitución de la Ciudad de Buenos.

El año pasado, al cumplirse dos décadas desde el día de su muerte física, el escritor y periodista Gustavo Pecoraro contactó a su amigo y cineasta Lucas Santa Ana con la idea de desarrollar este documental en memoria de su compañero de militancia. "Lucas me ayudó mucho a entender cómo escribir el guión y cómo relatar la historia en la pantalla. Fue una experiencia muy fuerte, por momentos tortuosa; estaba hablando de un amigo y compañero con el que viví muchas cosas y que nos falta desde hace 20 años", recuerda.

El documental sigue a Gustavo Pecoraro en un recorrido por la historia de vida y militancia de Carlos en la memoria de quienes lucharon junto a él por los derechos de gays, lesbianas, travestis y transexuales en una época de la Argentina en la que se requería coraje, valentía e imaginación para enfrentarse a la policía, a las leyes represivas y a la estigmatización mediática y social.

"El legado más grande que dejó Carlos es la visibilidad: ser puto, orgulloso, decirlo a la sociedad y pelear por ello", asegura Pecoraro. Así lo recuerda también César Cigliutti, actual presidente de la Comunidad Homosexual Argentina. "Fue la primera persona que dio su nombre y apellido al reclamar igualdad de derechos", afirmó en la inauguración de la estación de Subte de la línea H que desde marzo de este año lleva el nombre de Jauregui.

Jauregui entendía a la visibilidad como el primer paso para lograr la igualdad de derechos y por eso se ocupó de asumir públicamente su sexualidad: escribió en diarios, dio entrevistas, publicó un libro, participó en programas de televisión. Fue, además, uno de los impulsores de la primera Marcha del Orgullo Gay Lésbico que se realizó en Buenos Aires en 1992.

En El Puto Inolvidable los testimonios de Alejandro Modarelli, José Chaya, Zelmar Acevedo, Luis Biglié, Marcelo Ferreyra, Marcelo Feldman, Alejandra Sardá, Mabel Bellucci y Pedro Paradiso, entre otros, se combinan con fragmentos de escritos del propio Jauregui y material de archivo para construir una mirada actual sobre los orígenes de una lucha vigente por los derechos de las personas LGBT. "Con Carlos militábamos bajo la espada de la cana, de las razzias, bajo el flagelo del sida, y en la casi absoluta ignorancia de los partidos políticos. Las conquistas de hoy deben entenderse desde aquellos años, sino nacen sin memoria", reflexiona Pecoraro.

"En el origen de nuestra lucha está el deseo de todas las libertades"