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Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti

Colección del Conti

Luis Felipe Noé / En el Olimpo

Luis Felipe Noé

En el Olimpo (1988)

Tinta sobre papel milimetrado. 45 x 60 cm

Colección del Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti desde 2007

Docente, escritor y crítico, nacido en Buenos Aires en 1933, ha sido considerado como uno de los artistas e intelectuales más relevantes del s. XX y XXI, fundamentalmente por su accionar artístico en los años 60'. Han sido muy destacadas sus reflexiones sobre estética, historia, política y cultura.

Ha realizado más de 40 exposiciones individuales en a lo largo de todo el país, así como en el extranjero (Madrid, Nueva York, París, Santiago de Chile, Bogotá, Caracas, etc.) Obtuvo becas del gobierno de Francia (1961) y de la Fundación Guggenheim (1965 y 1966), el Premio Nacional Di Tella (1963), la Mención de Honor de la Bienal Internacional de Grabado de Tokio (1968), el Premio a la Trayectoria Artística de la Asociación Argentina de Críticos de Arte (1985), entre otros.

Desde niño frecuentó los diferentes ambientes artísticos de Buenos Aires, así como las exposiciones del Salón Nacional. En 1951 inició sus estudios en la Facultad de Derecho, que compaginó con los que venía realizando en el taller del artista Horacio Butler, mientras trabajaba como periodista. Ingresó como periodista en el diario "El Mundo", donde se dedicó a la crítica de arte, disciplina que acompañó durante toda su vida a su labor artística. Expuso por primera vez su obra en una muestra individual en la galería Witcomb, en el año 1959. Desde fines de los 50', Noé usaba como taller la vieja fábrica de sombreros de su abuelo en el barrio porteño de San Telmo, espacio que acabó compartiendo con otros artistas como Greco, Maccio y Jorge de la Vega. Estos artistas empezaron a pensar la pintura como una suerte de informalismo en cuanto a la mancha y el gesto, pero introdujeron como novedad la figura humana en sus obras. Estas prácticas dieron lugar a la muestra "Otra Figuración" en la Galería Peuser (1961), que tuvo un gran éxito. A fines de ese año, Noé y De la Vega emprendieron viaje hacia París (poco después también fueron Deira y Macció). Entre 1961 y 1965 integró el grupo conocido como Nueva Figuración junto con Ernesto Deira, Rómulo Maccio y Jorge de la Vega, movimiento surgido como reacción frente a la abstracción geométrica y en la línea del Informalismo europeo, que representa la realidad de acuerdo a la mirada personal y subjetiva del artista y su relación dramática con el mundo. Dicho grupo realizó varias exposiciones: una en la Galería Lirolay y otra en Bonino (1962), dos en el Museo Nacional de Bellas Artes (1963 y 1985) y en el Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro (1965), entre otras. Además, fue invitado al Premio Internacional Guggenheim (1964) y al sector histórico de la Bienal de San Pablo (1985).

En 1964 se instaló en Nueva York, gracias al premio que el Instituto Di Tella le había otorgado, consistente en un viaje de formación a la ciudad que el artista quisiera. En esos tiempos, el centro neurálgico del arte a nivel mundial se había trasladado de París a Nueva York, razón por la cual Noé la escogió como destino. Allí pudo continuar con sus indagaciones pictóricas con respecto a su teoría del caos frente al orden preestablecido. Fue también en esa ciudad donde comenzó a escribir su primer libro "Antiestética", que fue publicado a su regreso a Buenos Aires en 1965. A fines de ese mismo año, viajó de nuevo a Nueva York, donde se quedó otros 3 años.

En esos tiempo, Noé decidió apartarse del mundo pictórico durante varios años (1966-1975), en los cuales se dedicó a la escritura ("El arte entre la tecnología y la rebelión"). Retomó la labor pictórica de una forma muy diferente a la que venía practicando, a partir de la aplicación libre de los colores y las líneas, se centraba ahora en la representación del caos en la naturaleza y no tanto en la figura humana. Como consecuencia del advenimiento del golpe cívico militar en la Argentina, decidió exiliarse a París hasta el año 1987, aunque mantuvo un constante contacto con Buenos Aires gracias a los frecuentes viajes y exposiciones que allí realizó.

En los 90', Noé se dedicó a experimentar las relaciones entre pintura y escritura de una forma más explícita, introduciendo palabras o fragmentos de textos manuscritos en sus telas pintadas.

En el año 2009, el curador Fabián Lebenglik escogió a Noé como representante de Argentina en la Bienal de Venecia.

Actualmente continúa trabajando en Buenos Aires en su casa taller.

Esta obra funcionó como ilustración para el libro "Oratorio Mater" de Vicente Zito Lema de la Editorial Contrapunto (1989).